Una mujer a prueba de balas

Stephanie Kwolek, innovadora polaco-americana, fue la inventora de la poliparafenileno tereftalamida, fibra sintética más conocida por su marca registrada Kevlar® y que se utiliza para la fabricación de chalecos antibalas, cascos de Fórmula 1 o trajes espaciales, entre otras muchas aplicaciones.

Mujer, científica e innovadora

Stephanie Kwolek, hija de inmigrantes polacos, nació el 31 de julio de 1923 en Pensilvania. Desde pequeña demostró habilidades para las ciencias y en 1946 se graduó de Bachelor of Science con especialidad en química en el Instituto Tecnológico de Carnegie. Inmediatamente fue reclutada por DuPont Company para trabajar en el laboratorio de fibras textiles. Allí y durante 40 años desarrolló numerosas innovaciones, entre ellas un novedoso y sencillo proceso para producir nylon que obtuvo tres patentes americanas (N° 3.006.899, N° 3.063.966 y N° 3.094.511).


¿Sabías que…?

- Stephanie Kwolek tiene, a su nombre, un total de 27 patentes.

- Cuando se jubiló, siguió participando en el equipo de investigaciones de DuPont como consultora.



El Kevlar®

La síntesis de fibras de nylon ocurre a altas temperaturas (alrededor de 200°C), lo que impulsó a Stephanie a investigar acerca de la síntesis de fibras a bajas temperaturas y a encontrar alguna más ligera y resistente que el nylon para la fabricación de neumáticos de bajo desgaste. Este trabajo concluyó en 1965 cuando descubrió la poliparafenileno tereftalamida, fibra que la haría mundialmente famosa.

En el proceso habitual de producción de fibras sintéticas, las soluciones transparentes continuaban el proceso de elaboración; mientras que las opacas se descartaban. Sin embargo, a Kwolek se le ocurrió hilarlas obteniendo una fibra extremadamente resistente (cinco veces más que el acero). Este proceso innovador obtuvo 13 patentes, siendo la N° 3.819.587 la correspondiente a la poliparafenileno tereftalamida propiamente dicha y protegida con la marca registrada Kevlar®con la cual la fibra es conocida en todo el mundo.

Esta fibra sintética es capaz de soportar grandes cambios de forma sin romperse, mantenerse intacta a temperaturas extremas (-195°C a 480°C), además de tener baja conductividad eléctrica y no ser corroída por agentes químicos. A lo largo de los años se han ido descubriendo más aplicaciones para el Kevlar® (tiene más de 200), entre ellas la confección de equipos de protección (cascos, chalecos antibalas, blindajes), cables, material deportivo, instrumentos musicales, objetos ignífugos, piezas para autos, aviones y naves espaciales.

Kwolek con una bobina de hilo de Kevlar y otros productos hechos en ese material sintético.


¿Sabías que…?

- Las fibras de Kevlar® son muy difíciles de separar y al entrelazarse en diferentes capas consiguen frenar la fuerza cinética de una bala hasta detenerla. También frenar las punciones que se puedan hacer por arma blanca.

- El Kevlar® es componente de las alas de los aviones y del blindaje antimetralla de los jets de combate. También forma parte de los contenedores usados para el transporte aéreo de mercaderías.

- Por su ligereza y resistencia, el Kevlar® se usa para la elaboración de trajes espaciales. Proporciona un traje seguro (evita que los desgarros ocasionados por la basura espacial hagan perder la presión del traje) y de poco peso.

- Fue parte del sistema de aterrizaje de la Mars Pathfinder, la nave que ha explorado durante años el planeta Marte.



Innovaciones que cambian la vida

La decisión de una visionaria de usar material de descarte para probar algo nuevo, dio como resultado una innovación impactante que hoy, forma parte de nuestra vida cotidiana en artículos deportivos, autopartes o teléfonos móviles. Sin duda, la innovación de Stephanie Kwolek marcó, marca y marcará la diferencia.