Pasa en la biblioteca, pasa en el campo

Una biblioteca está llena de creación. En ella el ingenio humano creó palabras y oraciones que se transformaron en cuentos, novelas y libros de texto. Un campo también está lleno de creación. El ingenio humano mejoró las semillas, inventó maquinarias y software para facilitar y eficientizar los procesos. Pasa en la biblioteca, pasa en el campo. En los dos ámbitos hay derechos de propiedad intelectual que deben respetarse en beneficio de los creadores y también de la población en general que es, en última instancia, la usuaria de esas invenciones.

Creatividad, una capacidad del intelecto humano

La creatividad es la capacidad de crear o inventar, según lo define el diccionario de la RAE. Es un proceso dinámico inherente al ser humano que le ha permitido evolucionar y desarrollar la sociedad y las organizaciones tal como la conocemos. La creatividad es, en definitiva, el motor del desarrollo y ha sido la base del progreso de toda cultura.

Ciencia, tecnología e innovación ¿son sinónimos?



Figura 1

Aunque muchas veces se usan estos términos como sinónimos, están muy lejos de serlo. La ciencia es un conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente. Así, la ciencia descubrió como la bacteria Agrobacterium tumefaciens (Fig.1) infecta las plantas y transfiere parte de su material genético (ADN) produciendo la enfermedad conocida como agalla de corona. Por lo general, la ciencia da como resultado publicaciones en revistas especializadas (los famosos “papers”).

Por otra parte, la tecnología es el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. El descubrimiento de cómo A. tumefaciens infecta las células vegetales y transfiere ADN, abrió las puertas para “desarmarlo” para que no cause la enfermedad y “armarlo” de nuevo para transferir genes de interés que protejan a la planta o que produzcan ciertos compuestos nutricionales, por ejemplo. (Fig. 2 - A)

 

Figura 2

Finalmente, la innovación es la creación o modificación de un producto y su introducción en el mercado. La tecnología de la transferencia de genes mediada por A. tumefaciens dio origen a la innovación de los cultivos transgénicos. Cultivos que llevan genes de otras especies y los hacen resistentes a plagas como los cultivos Bt o con mayor contenido de precursores de vitamina A como el arroz dorado.

De lo anterior queda claro que, si no hay mercado, los resultados científicos y tecnológicos no se pueden transformar en innovación.

La creatividad y los derechos de propiedad intelectual en la biblioteca y en el campo

En la biblioteca encontramos el libro del cual sacamos las definiciones anteriores. Ese libro está protegido por derechos de autor, que reconocen la propiedad intelectual de quienes hicieron esas combinaciones únicas de texto e imágenes que se transformaron en el libro. Los derechos de autor abarcan derechos patrimoniales; es decir, que permiten a los titulares de la obra obtener una compensación financiera cuando terceros la usen y los derechos morales que protegen los derechos no patrimoniales de los autores (derecho a reivindicar la creación de la obra y el derecho a oponerse a toda modificación que pueda perjudicar la reputación de los creadores). 

En el campo encontramos muchas hectáreas sembradas con maíces y algodones protegidos contra plagas. Estas variedades e híbridos fueron el resultado de la creatividad humana que transfirió genes de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt) al maíz y el algodón y logró que estos expresaran proteínas tóxicas para los insectos plaga (pero inocuas para humanos y mamíferos) obteniendo así mayores rendimientos y calidad de la cosecha. Pero eso no es todo, esas variedades e híbridos habían sido previamente mejorados genéticamente para adaptarlas a las condiciones de cultivo y conferirle características demandadas por los productores (eficiencia en el uso de nutrientes y agua, tolerancia a enfermedades), la industria (ausencia de micotoxinas, calidad de fibra) y los consumidores (balance de aceites o fibras más resistentes). Tanto el mejoramiento genético como la introducción de los genes Bt son creaciones humanas (como las historias en los libros) y también están protegidas por derechos de propiedad intelectual. Los derechos de obtentor protegen la invención de nuevas variedades e híbridos y les permite a los autores (obtentores) prevenir que cualquier persona haga, use o venda su obtención vegetal. Por otro lado, mediante patentes se pueden proteger secuencias de ADN (construcción genética y/o secuencias específicas o promotores) modificadas por el hombre que aportan una característica adicional a una variedad o híbrido.

Si queremos alimentar a una población creciente, proveerla de fibras y energía cuidando el ambiente, la creatividad será nuestra mejor aliada y respetar los derechos de los creadores es nuestro deber como sociedad usuaria y beneficiaria de sus productos.

 

Imagen presentación: Guzel Maksutova - Unsplash