"Julia Carreras": la mejoradora de garbanzo, para quien lo más importante es “dejar huella” y marcar un camino

Julia es Ingeniera Agrónoma, Magister en Ciencias Agropecuarias y Doctora en Biociencias y Ciencias Agroalimentarias. Su principal área de trabajo es el Mejoramiento Genético Vegetal, en particular del garbanzo. Desarrolló su tarea en el Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba. Es una de los editores del libro “El cultivo de garbanzo en Argentina”. Eligió esta legumbre porque los aportes nutricionales y las características del garbanzo lo convierten en un alimento muy completo.

¿En qué consiste tu trabajo?

Mi trabajo es el resultado de tres actividades. La primera es la actividad docente universitaria que desarrollo como Profesora Asociada en Mejoramiento Genético Vegetal en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba. Mi segunda actividad es la investigación aplicada para desarrollar cultivares de garbanzo. Participé en la dirección de proyectos de investigación que contribuyeron al mejoramiento del cultivo del garbanzo. Mi tercera y última actividad, consiste en transferir al sector agropecuario las bondades de los cultivares de garbanzo. Esto ayuda a la promoción y gestión de productos derivados de garbanzo como alternativas productivas de comunidades de la provincia de Córdoba.

 

¿Por qué te gusta tu trabajo?

Me enamoré del mejoramiento genético a los 19 años, cuando cursaba el segundo año de la carrera de Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional de Córdoba. Me gusta mi trabajo porque, gracias a él, pude contribuir con el desarrollo agropecuario, haciendo cultivares de garbanzo. La tarea de mejoramiento genético lleva muchos años, mucho trabajo y de gente idónea. ¿Idónea en qué sentido? En la responsabilidad, en la capacidad de trabajo y en amar lo que se hace.

La mujer es perceptiva, trabaja con todos los sentidos en paralelo y escucha, reflexiona, y de esta manera puede sumar o cambiar objetivos. A lo largo de la historia, ocupó y seguirá ocupando lugares importantes en la ciencia, generando recursos económicos para fomentar la investigación y participar del desarrollo de la Argentina.”

 

¿Qué te inspiró para convertirte en científica y trabajar en esta área?

La investigación es una fuente de inspiración que permite consolidar el trabajo del mejoramiento genético, en un tema que trasciende fronteras y se relaciona con el conocimiento y con el garbanzo como un alimento. Trabajar en el mejoramiento genético para llegar al grano ideal, en cuanto a rendimientos, características agronómicas y resistencia a enfermedades es una tarea que lleva muchos años y que se renueva constantemente.

 

¿Cuál es la base del éxito de tu trabajo?

El secreto es trabajar constantemente y, además, escuchar a los diferentes referentes nacionales e internacionales. La base principal es la responsabilidad, el respeto, el trabajo en equipo y la interacción interdisciplinaria e interinstitucional.

 

¿Qué consejo le darías a las mujeres jóvenes que quieren contribuir a mejorar la producción de alimentos y a una agricultura sustentable?

El mejor consejo que puedo darle a las mujeres jóvenes es que se planteen objetivos a corto, mediano y largo plazo. La sociedad, en su conjunto, espera de las investigadoras y de las instituciones formadoras de recursos humanos, que nos involucremos, es decir que pongamos “las manos en la masa”.

 

¿En qué creés que debe cambiar la agricultura para mejorar el futuro?

La agricultura del futuro deberá prever lo limitado de los recursos en relación con el agua, el suelo y su uso racional y conservacionista. Debemos pensar en las futuras generaciones.


¿Cuál es el mayor desafío que enfrentás como mujer en el rol que desempeñás y qué creés que es necesario hacer para superarlo?

Como mujer, madre, compañera, empleada del estado, docente universitaria y técnica en recursos genéticos, es importante tratar de cumplir de la mejor manera con cada rol. Es fundamental tener la mente y el cuerpo lo más sano posible, para poder lograr el equilibrio en cada acción.

Me enamoré del mejoramiento genético a los 19 años, cuando cursaba el segundo año de la carrera de Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional de Córdoba. Me gusta mi trabajo porque, gracias a él, pude contribuir con el desarrollo agropecuario”


¿Cuál pensás que es el papel de la mujer en la ciencia? ¿Creés que las mujeres ocupan el lugar que deberían ocupar en la ciencia?

La mujer es perceptiva, trabaja con todos los sentidos en paralelo y escucha, reflexiona, y de esta manera puede sumar o cambiar objetivos. A lo largo de la historia, ocupó y seguirá ocupando lugares importantes en la ciencia y así generar recursos económicos para fomentar la investigación y participar del desarrollo de la Argentina.

 

Si tuvieras que elegir una frase propia para que te represente en esta entrevista ¿cuál sería?

Para mí, lo más importante es dejar huella, marcar un camino como mujer mejoradora de garbanzo.

 


Junto a "Locos x el campo". Mejoramiento de garbanzo - Micro 1

María José Martínez (INTA) y Julia Carreras (INTA) participan del proyecto de investigación mejoramiento genético del garbanzo, junto a los alumnos de la Escuela Agropecuaria Tuclán. Los aportes nutricionales y características del garbanzo, lo vuelven un alimento muy completo. Su mejora genética asegura la calidad y la resistencia a enfermedades.

 

Junto a "Locos x el campo". Mejoramiento de garbanzo - Micro 2

La búsqueda de una variedad de garbanzo puede demandar años. Trabajar en la mejora genética para llegar al grano ideal en cuanto a rendimientos, características agronómicas y resistencia a enfermedades es una tarea de años que se renueva constantemente.