Ciencia aplicada a semillas en una PYME
Entrevistamos a Lorena Basso, actualmente la presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y de la Sociedad de Semillas de las Américas (SAA). Es licenciada en administración de empresas y máster en la misma área y dirige, junto a su hermana, la empresa familiar Basso Semillas. Además, Lorena es coordinadora de la mesa de género y diversidad en el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), en la cual participan más de 20 mujeres de entidades representativas de toda la cadena.
1. ¿Cómo elegiste tu carrera y cómo fue conseguir trabajo?
Siempre quise estudiar genética, pero cuando me tocó elegir, esta carrera solo se dictaba en el NEA, lo que implicaba irme de casa. Luego pensé en agronomía. Todo debido a la empresa: en mi casa solo se hablaba de semillas. Pero, con mis 16-17 años, me di cuenta que necesitaba formarme en un área de gestión, que era lo que hacía mi papá, y así me decidí por administración de empresas. Creía que era lo mejor y que para la parte técnica iba a tener ayuda dentro de la empresa.
Obviamente que el primer trabajo fue en nuestra empresa, pero luego de un tiempo decidí ir a hacer experiencia afuera y me fui a trabajar a una empresa de vidrios y después a Telefónica, en la parte comercial. Ya haciendo la maestría me di cuenta que era hora de volver a la empresa de mi familia y lo hice como “Responsable Comercial de Hortícolas” en el año 98.
2. ¿Cómo te relacionaste con el breeding?
En ese puesto no estaba muy involucrada con el mejoramiento. Era muy comercial, solo le pedía a los mejoradores que sacaran tal o cual producto. Cuando falleció mi papá, con mis hermanos nos dividimos las responsabilidades dentro de la empresa y yo tomé la representación institucional y la producción de semillas. Luego mi hermano “me heredó” su área que era la del trabajo directo con los mejoradores; no haciendo cruzas en el campo, pero sí pensando los objetivos de los planes de mejoramiento y evaluaciones de resultados. Ahí me di cuenta de la gran diferencia entre las áreas: producción es proceso puro, mientras que breeding es, fundamentalmente, tener lectura de los productos que necesita el mercado y darse vuelta y empezar a trabajar con esos objetivos. Para esto hay que ser muy perspicaz y tener en el equipo buenos mejoradores que ayuden.
3. ¿Cuál es el rol de la ciencia en tu trabajo diario? ¿Cuál es el rol de la ciencia en las otras funciones que cumplís (SAA, ASA, FIS)?
Más allá de toda la genética que los mejoradores aplican para sacar nuevas variedades, el mayor involucramiento de la ciencia, para mí, desde las instituciones como ASA, SAA o FIS, es con las ciencias regulatorias, especialmente de las nuevas tecnologías. Lo que me parece muy interesante es que involucran acuerdos internacionales, regionales y locales que tienen como fin último facilitar el comercio de semillas.
4. ¿Qué expectativas tenés en este campo para los próximos 20 años?
Argentina es un jugador importante en el escenario semillero mundial y un referente en mejoramiento genético. Ese lugar debemos cuidarlo y aprovecharlo para crecer, ya que las condiciones de nuestro país son idóneas para instalar programas de mejoramiento de muchas especies. Las variedades de maíz y soja que salen de Argentina son de primerísima calidad al igual que las de pisingallo y cucurbitáceas. Otra gran característica de nuestro país es la calidad de sus técnicos. Tenemos grandes mejoradores y científicos porque la formación es muy buena y se retroalimenta de la experiencia ya generada porque se aprende en la academia, pero también con la experiencia de los colegas en el trabajo.
5. ¿Qué consejo le darías a las mujeres jóvenes que quieren dedicarse a la ciencia? … y a las que no
Si la idea es dedicarse a la ciencia aplicada a las semillas, que sepan que se van a encontrar con un sector de alta tecnología que en los próximos años crecerá, tanto en volumen como en la aplicación de nuevos conocimientos científicos. Seguramente habrá muchas oportunidades para las mujeres porque aún somos pocas y estamos trabajando para llegar a la equidad de género en la industria. En nuestra compañía tenemos cuatro mejoradores, líderes de programa, y dos son mujeres.
6. ¿Nos podrías contar alguna experiencia relacionada con tu trabajo?
En Basso hacemos mejoramiento para productores argentinos fundamentalmente y nos dimos cuenta que, a veces, detectamos problemas que el productor no o que quizás los tiene incorporados y no sabe por dónde va la solución. Entonces es espectacular cuando sacamos una nueva variedad que cubre justo las necesidades del productor y este nos dice mejoré el control de enfermedades o la expansión (en pisingallo), etc. Eso es una satisfacción total, llevarle al productor una variedad que le soluciona un problema. Otra gran satisfacción es ver los zapallitos, todos uniformes y brillantes, en la verdulería y saber que atrás está nuestro trabajo.