Argentina, un país de innovadoras. Mujeres que visten

La geografía de nuestro país es tan vasta como los cultivos que la cubren. Con ellos producimos alimentos, fibras y combustibles para Argentina y el mundo. Para poder producir más y mejor, cuidando la sustentabilidad; mujeres, desconocidas para muchos, innovan para generar variedades adaptadas a esos requerimientos. Acompáñanos a un paseo por Chaco para conocer a las mujeres que trabajan en mejoramiento de algodón. 

Seguimos en el norte del país. Hacemos unos kilómetros hacia el este y llegamos a Chaco. En las Estaciones Experimentales que INTA tiene en Roque Sáenz Peña y Las Breñas, un gran grupo de mujeres trabaja para la obtención de mejores algodones para que nuestra ropa sea más suave, fresca y duradera. También se preocupan por la adaptación del cultivo al cambio climático y por las numerosas plagas que lo atacan y que disminuyen su productividad y calidad.

Mónica Spoljaric clasifica y guarda cientos de sobrecitos con semillas en una cámara fría. Esas semillas representan los algodones de todas partes del mundo y servirán para introducir características de interés en los algodones argentinos. Mónica es la Curadora del Banco de Germoplasma y a quien acuden los fitomejoradores para encontrar el material adecuado para cruzar, de acuerdo con los objetivos que se hayan planteado. Mientras, en el campo, Nidia Tcach estudia la ecofisiología del cultivo y cómo este se comporta ante el cambio climático. Lo que ella busca son variedades que produzcan más, tengan buena calidad de fibra pero que consuman menos agua durante el ciclo de cultivo y se adapten a altas temperaturas.

En el equipo biotecnológico están Ariela González y Lorena Klein, que se dedican a realizar transformación genética para tratar de obtener un algodón resistente al picudo, una plaga de muy difícil control que disminuye la producción y afecta la calidad del algodón. También usan marcadores moleculares para seleccionar mejor y más rápido los cruzamientos que llevan las características de interés y que se probarán en el campo.

Para relevar qué plagas afectan al cultivo, cuánto daño causan y buscar maneras de combatirlas trabajan dos especialistas en entomología. Macarena Casuso recorre kilómetros y kilómetros de algodonales revisando los daños de insectos y las trampas que ha colocado para ver si puede alertar a los productores cuando predice el ataque de alguna plaga. En el laboratorio, María Alejandra Simonella, cría los insectos plaga para infestar artificialmente los ensayos y estudiar el daño en el cultivo. También los insectos que cría sirven para enfrentar las nuevas variedades a las plagas y determinar su grado de resistencia.

Mañana cuando te vistas recuerda que la remera, camisa, jean o ropa interior que te pongas llegaron hasta vos gracias al trabajo de estas seis mujeres (y muchas otras alrededor del mundo) que se especializan en distintas áreas de la ciencia y la tecnología para obtener fibra de algodón de mejor calidad.


¿Sabías que…?

- El algodón es una economía regional de gran importancia para Chaco y Santiago del Estero, provincias que concentran casi el 80% de la producción total del país
- El 100% del algodón sembrado en Argentina es transgénico (resistente a insectos y tolerante a glifosato)
- En el mundo, el fitomejoramiento ha permitido producir 2% más de fibra/ha/año sin aumentar la superficie de cultivo


 

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