Peperina: mejoramiento con acento “cordoooobés”

La Argentina presenta una enorme variedad de ambientes naturales que favorecen la biodiversidad y ofrece condiciones propicias para desarrollar productos novedosos basados en las especies nativas. Por otra parte, la industria y los consumidores demandan nuevos productos provenientes de dichas especies ¿Cómo aprovechar esta riqueza para satisfacer las demandas del consumidor sin dañar la biodiversidad? 

Esto es posible si sumamos el conocimiento de los pueblos originarios sobre el uso de ciertas plantas, la tecnología, el trabajo con instituciones educativas y de investigación y la industria. Un ejemplo de este trabajo en conjunto es la adaptación de la peperina a condiciones de cultivo (domesticación).

Mucho más que un té

En las sierras de Córdoba crecen naturalmente numerosas plantas aromáticas y medicinales, entre las que se encuentra la peperina, una especie icónica de esta provincia. La peperina, Minthostachys verticillata, es un arbusto que crece espontáneamente no sólo en Córdoba, sino también en algunas zonas de Catamarca, La Rioja, San Luis y Tucumán. Prospera en suelos fértiles y arenosos, aunque también crece en zonas pedregosas en laderas protegidas de los vientos y bajo la sombra de árboles y otros arbustos. Las plantas de peperina son todas muy distintas entre sí, tanto en su altura como en su forma, composición de sus aceites esenciales y en muchas otras características.

La peperina es conocida por su aroma similar al de la menta, que proviene de sus aceites esenciales. Gracias a esta característica se popularizó, ya que sus hojas y flores se usan generalmente en infusiones y también en la producción de licores y bebidas amargas. Desde tiempos remotos, las comunidades rurales y los lugareños han utilizado este arbusto como medicina, atribuyéndole propiedades benéficas para el aparato digestivo, para aliviar los dolores de cabeza relacionados con la mala digestión, para el bienestar general del organismo y como sedante y antirreumático, entre otros usos. En la actualidad la peperina es, además, requerida por la industria para la elaboración de golosinas, yerba mate saborizada y en diferentes blends de tés, con otras aromáticas, especias, frutas y flores, para infusiones gourmet con destino al consumo nacional y exportación.

 

La agricultura al rescate de la peperina

La recolección de las plantas aromáticas y medicinales es llevada a cabo generalmente por lugareños que las cortan en su hábitat natural. Lamentablemente, la creciente demanda causa sobreexplotación de las poblaciones naturales de peperina a través de recolecciones desmedidas, poniéndola en algunas zonas, en peligro de extinción. Ante esta problemática, desde el ámbito técnico y académico se consideró que domesticar la especie y adaptarla a condiciones de cultivo era una de las principales alternativas para preservarla.

En efecto, el cultivo de peperina, realizado hasta ahora en pequeñas superficies, permite responder a las demandas industriales con una producción constante, buenos rendimientos, productos de calidad y más homogéneos en sabor y aroma, preservando a su vez la diversidad de los recursos genéticos silvestres. En este sentido, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba desarrolla, desde hace más de dos décadas, un proyecto de conservación, domesticación y mejoramiento de la peperina con el objetivo de conocer mejor sus características, encontrar alternativas de cultivo, cuidarla, protegerla de plagas, enfermedades e inclemencias climáticas y mejorar las propiedades que le interesan al consumidor. Para eso, los investigadores aprovecharon la existencia de mucha heterogeneidad (variación) en las características de la especie y seleccionaron aquellas plantas con tolerancia a virus, mejor rendimiento de aceites esenciales y más fáciles de cultivar.

El arduo proceso de investigación dio sus frutos y en 2008 se inscribió la primera variedad de peperina en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE). Su nombre es Champaquí- FCA. No sabemos si recibe el nombre debido al Cerro Champaquí, el pico más alto de Córdoba, pero lo que sí sabemos es que en dicho cerro ¡crece peperina! Este cultivar se inscribió también en el Registro Nacional de Propiedad de Cultivares del INASE, donde se reconoce el derecho de obtentor a la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba; es decir que la Facultad es la propietaria de esa variedad por 20 años y le permite usufructuar los beneficios de la misma. Esto incentiva la creación de cultivares nuevos, que redundan en ganancias para la sociedad. En el caso puntual de la peperina, redunda también en la protección de las poblaciones naturales de esta aromática y su riqueza genética. Esta es la fuente que usan los fitomejoradores para obtener nuevas variedades, que se adapten a las diferentes necesidades. Dado que las actividades de fitomejoramiento son una inversión costosa, el derecho de obtentor es un incentivo para continuar con esta valiosa actividad.

 


Referencias

Carrizo P. (2017) Peperina: cómo preservar una especie icónica de Córdoba. Disponible online en: http://unciencia.unc.edu.ar/2017/mayo/peperina-como-preservar-una-especie-iconica-de-cordoba

Instituto Nacional de Semillas (2019) Catálogo Nacional de Cultivares. Disponible online en: https://gestion.inase.gov.ar/consultaGestion/gestiones

Ocaño S. (2017) Generación de una población de “peperina” Minthostachys verticillata (Griseb.) Epling, mejorada por sanidad, rendimiento y calidad de aceites esenciales. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Córdoba.