Suavecito, suavecito Innovación para cuidar tu traserito (y los bosques)

El inodoro, retrete o como quieras llamarlo, tiene un día mundial y es el 19 de noviembre. Ha sido instaurado por la ONU con la intención de promover los servicios de saneamiento gestionados de forma segura para evitar la contaminación de fuentes de agua, ríos, playas, cultivos y proteger la salud. En ese saneamiento entra en juego un actor importante: el papel higiénico. Aquí te contamos de dónde viene y a dónde va. También cómo se produce para disminuir el impacto ambiental.

Socios en el saneamiento

Si pensamos en inodoro, también pensamos en papel higiénico y bidet. Las heces humanas, junto con el agua y el papel higiénico tienen que gestionarse de tal manera que no afecten a la salud humana ni al ambiente. Este es el objetivo de desarrollo sostenible número seis y pretende poner fin a la defecación al aire libre y la gestión de las aguas residuales; especialmente en los países subdesarrollados.

Algunos números

- El 60% de la población mundial no tiene sistemas que eliminen sus excrementos de forma segura
- 892 millones de personas defecan al aire libre
- 1.800 millones de personas beben agua no potable que podría contener heces
- El 80% de las aguas residuales generadas en el mundo regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas


Una innovación pudorosa que se transformó en un pilar del cuidado de la salud

Hace cuatro mil años en Creta pensaron en un sistema que brindara comodidad para hacer las necesidades fisiológicas humanas sin tener que estar a la vista de todos, pero fueron los romanos los que dieron un paso más allá y crearon las letrinas públicas con agua corriente que se llevaba las heces hacia un sistema de cloacas subterráneas. También inventaron el antecesor del papel higiénico: un trozo de esponja atado en la punta de un palo para asearse luego de usar la letrina. Pero, el error de los romanos fue instalar fuentes comunitarias para lavar esas esponjas, lo cual no fue la mejor solución para el saneamiento de las ciudades.

El primer inodoro como tal lo inventó, a finales del siglo XVI, nada más ni nada menos que el ahijado de Isabel I. Estaba conectado a un depósito de agua que arrastraba los desechos cuando se descargaba. Isabel y su carácter no permitieron la difusión de tan sanitario invento porque la reina le negó la patente a su creador. La humanidad tuvo que aguardar dos siglos para que otro inglés, Alexander Cummings, retomara la idea e inventara el inodoro moderno que patentó en el año 1775. Se basa en el anterior invento, pero con una innovación clave: el sifón de desagüe en forma de “S” permite mantener el nivel de líquido en la taza, creando una barrera de agua limpia que impide a los olores regresar al sanitario. Esta innovación permitió instalar el inodoro en el interior de las viviendas. Luego, vinieron innumerables mejoras (todas patentadas) que van desde las válvulas para cerrar el sifón y la cisterna, el uso de cerámica para fabricarlos o el flotante.


¿Sabías que…?

- En 1848, una Ley del Parlamento Británico, obligó a instalar inodoros en todas las nuevas viviendas
- En Japón hay inodoros electrónicos con funciones como calefacción, chorros de agua (bidet integrado), secado con aire templado, sistema de eliminación de olores, limpieza automática, luz LED nocturna y ahorro de energía entre muchas otras
- En el año 2012, Bill Gates premió al inodoro más innovador del mundo, inventado por el Instituto de Tecnología de California, que funciona con luz solar y genera hidrógeno y electricidad



Innovación para usar en el baño

China, como era de esperarse, fue pionera en el uso del papel higiénico primitivo. Ya desde el siglo II de nuestra era usaban para tal fin el papel de cáñamo, demasiado tosco para escribir, pero con utilidad sanitaria; y para finales del siglo XIV producían papel higiénico derivado de arroz para la familia imperial. En occidente, en cambio, el papel higiénico no fue producido sino hasta mediados del siglo XIX, cuando el inventor estadounidense Joseph Gayetty presentó lo que llamó “papel medicinal” para aliviar los traseros irritados por el uso de papel periódico o mazorcas de maíz. Este papel se vendía en paquetes de hojas planas y llevaban aloe vera como lubricante para el tratamiento de hemorroides, enfermedad que padecía el inventor.

Unos años más adelante, el británico Walter Alcock inventó el rollo, pero debido a la moral victoriana el aseo de “esa parte del cuerpo” era tabú y no tuvo éxito. Pero, algunos años después aparecieron los hermanos Scott, innovadores neoyorkinos, que lo perfeccionaron consiguiendo como principales clientes a los hospitales y hoteles. Así se masificó su uso y transformó un artículo de primera necesidad, al menos en los países occidentales.

Algunos números

- En promedio, la población mundial usa 4 kg de papel higiénico/persona/año; mientras que en EE.UU. el consumo es de 22 kg/persona/año y en Suecia de 15 kg/persona/año


Del bosque al cuidado de tu cuerpo

El papel higiénico se fabrica con celulosa proveniente de los árboles, generalmente de bosques de reforestación, y papel reciclado. Para la fabricación de papel se usan especies de árboles como eucaliptos, álamos, casuarinas y acacias, entre otras y también caña de azúcar.

Los árboles destinados a la producción de papel se mejoran para mayor rendimiento de pulpa, entre otras características agronómicas como resistencia a plagas y enfermedades. En álamo, por ejemplo, se busca incrementar la altura y el diámetro del tallo para así tener más biomasa destinada a la producción papelera. En India, mediante ingeniería genética, se ha modificado una especie de álamo para reducir el contenido de lignina y mejorar las condiciones industriales de obtención de pulpa con menos gasto de energía.

En nuestro país, varios programas están enfocados en mejorar el rendimiento papelero. En Eucaliptus se usan marcadores moleculares asociados al rendimiento de papel, especialmente la síntesis de lignina. En álamo, ha tenido éxito la selección clonal a partir de materiales australianos; que, además, tienen asociada la resistencia a cancrosis (enfermedad importante para la especie). El INTA ha logrado clones de sauce doble propósito; es decir, con buen rendimiento de madera y también de pulpa para papel. Estas características junto a la rectitud del tallo y el crecimiento rápido, los hacen ideales para las plantaciones comerciales.

Para muchos de nosotros el inodoro y el papel higiénico son artículos inseparables. La innovación en ambos mejoró, mejora y mejorará la calidad de vida de la población mundial.

 

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