Los alimentos son un gran reservorio de innovación

Sin lugar a duda los almacenes y supermercados exhiben y venden infinidad de productos donde el ingenio humano ha trabajado arduamente para mejorar la sustentabilidad, la inocuidad, la calidad, el sabor, color, aroma, la facilidad de consumo y también la imagen de diversos productos alimenticios y sus envases, entre miles de características más. A continuación te contamos algunas.

De la industria al almacén. La innovación en la conservación de alimentos

Los alimentos (carnes, frutas, verduras, lácteos) se caracterizan por tener una corta vida útil, por lo cual la innovación ha tenido que intervenir para que podamos disponer de ellos en cualquier momento y lugar, con la tranquilidad de que estamos consumiendo un alimento inocuo, que no representa un riesgo para nuestra salud.

La luz pulsada y el procesado por alta presión hidrostática reducen el contenido de microorganismos que deterioran la calidad de los alimentos. Por su parte, el ultra congelamiento de frutas y verduras permite su conservación por tres años sin disminuir las propiedades alimenticias.

Gran parte de la calidad, vida útil y sostenibilidad de los alimentos proviene del sistema de empaque. Los polímeros biodegradables se usan en la fabricación de empaques, empaques activos y recubrimientos comestibles para frutas, verduras, carnes y pescados. También se usan en el procesamiento de alimentos para la obtención de espesantes y gelificantes. Los recubrimientos comestibles evitan la pérdida de humedad para que los alimentos lleguen más frescos al consumidor y en las frutas y hortalizas poco procesadas, además, previenen el cambio de color debido a la oxidación.


Comodidad, practicidad, rapidez y seguridad

Algunas innovaciones vienen de la mano de la practicidad para el transporte. Este es el ejemplo del desarrollo de envases para jugos y aguas que pesan menos de 10 gramos y que se fabrican con materiales de bajo costo. A la hora de la practicidad hablamos de empaques que permitan el consumo del alimento sin necesidad de utilizar utensilios extra o la facilidad de preparación. Así se han desarrollado empaques donde el contenedor es la bandeja, la cual puede incluir también los cubiertos o los envases de pizza aptos para congelarla y luego cocinarla en el horno convencional o microondas.

La visibilidad de la fecha de caducidad de los alimentos es un factor muy importante para el consumidor. Para facilitarla, se han desarrollado etiquetas inteligentes con un pigmento especial que se imprime sobre el envase y cambia de color cuando el contenido ya no es apto para el consumo.


La marca hace la diferencia

Así como en otras áreas de nuestra vida cotidiana, los consumidores tenemos “marcas preferidas” a la hora de elegir entre un mismo producto. Ya sea por su calidad, precio, practicidad o gusto personal elegimos una sobre las demás. Si hablamos de golosinas, ¿a quién no le gustan los chupetines Chupa Chups®? Originarios de Barcelona y con una marca identificatoria creada nada más y nada menos que por Salvador Dalí.

Las marcas son signos que nos permiten distinguir un producto o servicio.  Puede ser una palabra, un aparato, un número, un símbolo, una figura distintiva, un color o cualquier combinación de estos, utilizada para identificar bienes o servicios y distinguirlos de los bienes o servicios iguales o similares que sean originarios de otra fuente. Son otorgadas para disminuir posibles confusiones en el público consumidor. A diferencia de otras formas de protección de la propiedad intelectual, una marca registrada puede mantenerse vigente para siempre, en la medida que se compruebe su uso.  


Un largo camino con innovación en cada paso

Como pudimos leer, la innovación marca la diferencia en la producción de alimentos, cuidando el ambiente, mejorando la calidad, duración y presentación del alimento. Cientos de mentes han ideado procesos, tecnologías y diseños para garantizar la calidad y seguridad alimentaria.


IMAGEN DE PORTADA: UNSPLASH